miércoles, noviembre 22, 2006

Largo, largo...largo

Los genes: Junteras cromosomicas qué se juntan normalmente al azar.
-¿Pa qué?, ¿Pa beber?
- Si, Y pa dar porsaco también.

Los Genes, ¿qué se puede decir de los genes?, ¿cómo se puede luchar, pelear, patalear contra ellos, cuando ya estaban arrejuntaos antes de qué tuviéramos entendederas pa protestar?

y ahora si eres atrevido y tienes sentido musical...a leer como si tuvieras en...
-¿En que?
-¿Esto qué es?.....POS ....¡CARNAVAL¡.

Dicen los científicos, ¡hasta los ingleses están de acuerdo¡ qué son los qué nos hacen ser así, tal cual, que los genes ellos son los puñeteramente culpables
-¿De qué?
- De nuestras ligeras desviaciones de comportamiento, y si usted desconfía del criterio científico y solo puede creer lo que escucha y ve, acuda a su madre, su padre, tu tía, popurrillo o frasecilla popular, qué cualquier madre igual qué cualquier cultura lleva el consabido refranero popular .....
-Eres igualito qué tu abuelo Joaquín, ¡So Golfo¡, y si eres mujer tendrás qué escuchar desde qué cumplas los cinco años -“Eres más puerca qué la prima de tu tia Josefa, so guarra, lava los platos ya¡

Y yo qué soy una negá, y qué nunca le hecho la culpa a la gente
-¿De qué?
- De na de na, pienso que “Mi Mala Actitud” no tien na qué ver con mis cadenas enrollas, es decir, me explico, permítame usted, se sienta, se pone un cafetito qué le voy a contar:
Soy pa qué me conozcas mejor, la típica que dice. –A partir de mañana no bebo más, qué me está matando, qué me va a matar.
Como tengo de tó, menos voluntad, me voy pal psicólogo,
-¿Pa qué?,
-Pos pa ver si me pue ayudar. Y me ayuda, po claro.
-¿A qué?
A gastarme los cuartos y va la perica y me saca 3000 Euros y mira por donde a los diez minutos ¡MILAGRO¡ ya estoy curá.
Se lo cuento a toitos mis amigos y mientras les digo...dejad de bebed qué os va a matar, pa qué me calle de una puñetera vez, van ellos y hacen una colecta y me invitan a 20 cañas y tres cubatas.
-¿Tantos?,
-Pos mira más o menos. Cojo una borrachera de escándalo y cuando llego a mi casa a las 6 de la mañana, mi madre me espera en la escalera y mientras menea la cabeza muy avergonzá me escupe en la cara, mientras me da pellizcos en los brazos y me grita pa que se entere toitos mis vecinos...
–¡Anda, sube pa tu cuarto, so guarra, que eres igualita a tu tío Pascual, y como vomites en las escaleras te voy a hinchá¡¡¡

Después intenté dejar de fumar
-¿De qué?.
-De fumaaa. La mismita psicóloga qué ya le tenia confianza, me cobro otros tres mil, y aprovechando qué había dejado de beber, el mismo dia me quite también del tabaco..
-Joe, qué voluntad
-¿A qué si? Pues cuando llegue al bar lo segundito qué les dije a mis amigos, muy seriamente, fue un -No fumes que te va a matar. Pues ¿qué te voy a contar? ¿Recuerdas el dia de la borrachera?. Ese mismo dia, se me subió el mono al cogote y se puso a darme guantás.
-¿ Y qué pasoo?
Lo que tenia que pasar. Me fumé tres paquetes de tabaco y ahora tengo el efecto rebote.
-¿LO QUE?
- El efecto rebote, es decir, qué si antes me fumaba dos ahora me fumo tres, y pa confesar, si el dia tuviera más horas, ¡fumaría más¡
Y claro, ¿la culpa es de los genes?. Pa mi qué no, pero mi agüela me grita desde las escaleras. –Eres peor qué tu abuelo el Antonio.
-¿Por qué?
–Hasta el papel de empapelar se fumaba y con to y con eso llegó a los 70.

Y como ultimo ejemplo, ¿hablamos de la comida?. El tiempo qué estuve sin fumar, aproveché para quitarme esa maldita adicción a los chorizos, a la manteca colorá y a los donuts de chocolate. La psicóloga me miraba con cara de felicidad.
-Ya qué te hemos quitado dos vicios, te voy a hacer un descuento y te voy a quitar este también.
–Mírala qué maja igualitaa que el corte ingles, te llevas tres y pagas dos.
–Pues no, solo me descontó la hora de terapia y me izo no se cual juego de magia, qué cuando salí de la clínica
-¿De donde?
-Del Gabinete Psicológico Popular, solo quería comer lechugas, acelgas y hojas verdes, ¡OTRO MILAGRO¡

Al dia siguiente de la borrachera, tenia el estomago tan asqueao...
-¿De que?
Pos de que va a ser, del maldito tabaco, que cuando llegué al bar y me pedí un café casi me dieron ganas de vomitar,
-¿Y vomitaste?
-Noo, en ese momento el Manolo, o sea el dueño del bar grito...-¡Ración de callos, CALENTITOSSS OIGA¡¡
Me comí los callos y entonces sentí “ese no se qué” lo mismito que el Sanz, al ver el mostrador tan bonito, con la ensalá de pimientos, las manitas de cerdo y una ración de empana, qué se me nublo el pensamiento y me pedí una de cada, con una buena cerveza pa acompañar..ah, y un buen cigarro pa esperar.
- ¿Pa qué?
-Pa esperar qué la mujer del Manolo le diera tiempo de sacar las tapas, hijo qué no te enteras de naaaaaaa.

En ese momento llegó mi padre al bar y al verme el pobre solo dijo:
-Dios qué cruz, morirás igual de gorda que tu Tía la Reme qué la tuvimos qué llevar entre diez al cementerio
–Cojones,
Pues si, y la cosa es qué yo de eso me acuerdo, en vez de un entierro parecía qué era una procesión de semana santa, hasta los mártires llorando por detrás.

En fin. Que menos mal que tengo a mi agüela Maria, que soy su nieta favorita, es decir la única que le lleva pasteles el domingo por la tarde, eso si, se los doy a escondidas.
-¿Y a escondías por qué?
El azúcar hijo, el azúcar, pues ella mu flamencota, me dice –Mira nieta, (nunca se acuerda como me llamo), Tú ni caso a la pandilla de faranduleros estos, que tu has sacao mis genes y los vamos a enterrar a tos.

Como conclusión por más qué haya heredao los genes porculeros y por más que me diga mi tía que he salió a su agüela Frasquita que le duraba un duro en el bolsillo menos tiempo qué una gota agua en el desierto y por más que yo le intente explicar que no me dura el dinero por que me estoy curando de la puñetera genética qué man dejao entre tos ellos, solo me queda una pequeña duda mortal.
-¿Se saltará el puto gen la próxima generación? Que espero que mis futuras hijas sean como mi tía Pilar, Feminista, rica y heredara.
-¡Ays, qué no viva una pa ver los nietos¡

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