Mi silla. ¿Algún loquero en la sala?

En mi casa hay una cocina, en la cocina hay una mesa, al lado de la mesa una silla, al lado de la silla un mueble blanco que hace de espalda a la silla que está junto a la mesa de la cocina de mi casa.

Hasta hace poco tiempo, esa era mi silla favorita, o más bien el rinconsillo donde apalancaba mis cansadas carnes cuando llegaba la noche y el gran rey del mando se hacia con el poder y como dice el anuncio, la republica independiente de mi casa se convierte en una anarquia absoluta y por unas horas nos convertimos en los exiliados del salón, y tenemos que emigrar a otros rincones de la casa, a un lugar donde el cambio histérico de canal, no nos vuelva aun más tarumbas de lo que ya estamos.

Yo tomé posesión de esa silla, otra buscó el ronroneo de la mecedora, los más pequeños se iban a la cama y así cada uno de nosotros buscó su propio cachito.

Mi silla ya no es lo que era. Ahora parece ser que algún demonio cornudo le ha lanzado la maldición de las llanteras.(¿?)
Ya ya, parece que después de mi salida del pueblo manchego me he vuelto aun más tarumba, pero antes de mandarme al loquero, veamos por qué una chica tan sensata, tan centrada como servidora dice lo que dice.

Como casi todos sabéis, yo tengo una nana. Eso de tener críos en casa hace que sus amiguetes vengan de visita, y como es evidente las madres los traen, dentro de unos años vendrán solos pero aun no.
Como soy muy requetebuena anfitriona, suelo ofrecer un cafelillo, o un carajillo o lo que quieran tomarse.
Mi silla tiene un color especial, un imán padrero-madrero que hace que el 95% de ellos aposenten sus culillos en cuanto la ven.
¿Qué pasa cuando se sientan?
Lloran.
No importa lo contentos que estén, lo felices que hayan llegado. Al acomodarse y relajarse, y al cabo de unos minutos (varios u muchos) terminan llorando.

Fue como un fogonazo mental... de repente pensé: -Juer, ayer Maripili se puso a llorar, antesdeayer se puso a llorar Marijo, y la semana pasada estuvo llorando Maripin, hoy va a venir Maripom y ya verás como termina llorando. (vaaleee podia haber puesto sus nombres reales, si total, pero ma salio así y así se queda)

Pensado y ocurrido, Maripom terminó llorando.

Después pensé que eran simples coincidencias, y por muy mal que suene me hice una tabla en la que apuntaba nombre, día y si habían llorado o no.
Todos lloran.
Ahora les advierto. Oye, que mejor no te sientes en esa silla, que terminas contando lo que a mi no me importa y llorando. Me miran como si no se pudieran creer lo que estoy diciendo. -Anda, anda, anda, anda, que lo que pasa es que te quieres sentar tú aquí.

Pues al final me dan la razón. Y me da corajillo no haberme apostao 100 euros. Estaría forrá.

Y eso, es tan cierto como que el rey del mando nos ha vuelto a exiliar del salón, ahora me siento como rana sin charco, como pezcaito sin agua o como blogger sin comentarios...

Mi silla, ays....

Nota aclaratoria: Este post iba a quedarse en borradores (por supuesto), pero debido a las prisas locas de ésta usuaria, en vez quedarse escondido como era su objetivo inicial, ha salido publicado...es por eso qué, después de leido el post, me encuentre con la obligación moral de explicar los porqueses de dicha entrada tan..tan...asin
Mis más sinceras disculpas y bla, bla, bla...