El día a día es a veces difícil de contar.
Hoy es uno desos días en que la realidad supera la ficción. Demasiado complicado de contar. Con lo cual y como este fin desemana pasao estuve de viaje, y lo que no me pasa a mi, no le pasa a nadie. Voy a ir contando algunas cosillas,(solo las que no me da vergüenza)lo haré a trocitos, para que al personal no se le haga demasiao cansao de leer.


Fin de semana. Un capitulo, el uno.


Sábado 3 de febrero: Servidora tiene un fin de semana libre, sin niña, sin trabajo, sin estreses.
Servidora se va de viaje a las Barnas, lugar que le encanta.
Servidora pasa de comprar souvenirs en el aeropuerto y lo primero que hace es buscar la “jaula” donde voluntariamente se encierran con gusto los fumadores. Desde allí tiene una bonita vista de un extractor de aire gigante, que no solo se lleva el humo, sino que si te descuidas te arranca hasta la gomilla de la coleta.

Lo primero que observo son las filas de embarque, casualmente mi mostrador está al lado de la sala de fumatas y como he llegado con tiempo me dedico a observar.
-Fila uno: Vuelo a Aalborg. Bonita ciudad danesa. La cola está llena de gente muy alta y a excepción de algunos calvos todos lucen una llamativa melena rubia. Todos muy rectos en fila, y eso que aun no ha llegado la azafata
-Fila dos: Vuelo a Barcelona. Bonita ciudad ..mmm...¿española, catalana? Ya no sabe una ni de donde es. En ese mostrador no hay cola. Un montón de gente está sentada en las sillas, leyendo revistas los más mayores y comiéndose el pico algunas parejillas.

Anuncian el embarque pero nadie se levanta. Los fumadores aprovechamos para apurar las colillas mientras nos quitamos el pelo de la cara. Se nota que el que maneja el extractor de aire tiene un mal dia. La señorita del megáfono anuncia por segunda vez. Ultimo aviso para los Sres. pasajeros del vuelo....bla..bla...bla a Barcelona...bla..bla...embarquen por puerta 35...bla..bla y después lo suelta en inglis pitinglis.
Los fumadores vemos como “los otros” se empiezan a levantar y las parejillas se desentuercan. Esa es la señal que nos hace dirigirnos al macetero gigante que hay en el centro de la jaula. Además del mal vicio del tabaco, los que diseñan esas salas, se deben de pensar que estamos cegatos y que es imposible que tiremos la colilla en un cenicero de talla “normal”.
Cuando servidora está a punto de tirar su cigarro, un perrito danés da un saltito y se sube encima del cenicero-macetero. Con cara de asco veo como agacha el culo y mea a tres centímetros de mi mano. Servidora agradece que fuera una perrita, ya que en caso contrario hubiera terminado con la mochila empapada de pis de perro, eso si de perro danés. Cosa que no me impidió que le diera un mochilazo al chucho de los cojones. Acto seguido un señor que también apagaba el cigarro y yo nos dedicamos a insultar al perro.
Al chucho no le debió de gustar el mochilazo ya que empezó a ladrarme. Una de las rubias de la cola se vuelve hacia donde estamos nosotros y se dirige hacia a mi al grito de:
–Vanske danske transke ahhhh..mainnn vulske (o algo así).
Yo ya estaba preparando mi famosa patada karateca, cuando el señor que estaba a mi lado se da cuenta que la rubia venia directamente hacia mis ojos.
El señor que se encuentra a mi lado y que debió de ser cabrero en sus tiempos mozos, le soltó un grito a la danesa que la dejó estatua .
--EHHHHHHHHHHHHH....¿AONDEE VAASSS´RUBIIIIAAAA? ¿A QUE LE PEGOOO UNAAA PATAAAAAA AR SHUSHO QUE LE METOOO ERRR CUUULOOO PA´ENTROOOOOOOO????

La rubia llama al perro –Visckaaa,Visckaaa comeeehimmm (o algo también parecido) y el chucho que seguramente no habría escuchao una voz tan fuerte en su perruna vida ignora a la rubia y se mea otra vez, pero ésta en el suelo.
Me quedo mirando al señor de LA VOZ con todo el agradecimiento que puedo expresarle con la mirada. El señor me mira sonriendo y me dice: -Diiigoo,la mierda errrrr´shushoo.

Al avanzar noto como un picorcillo en la espalda, todos los rubios me miran.
Entrego mi billete y doy una última mirada.
Me recreo al ver como la danesa recoge el pipi de su Visckaa Viscka .
Al mirar hacia delante veo unas caras que me miran con odio dentro de un autobús. Resulta que ME están esperando para que los lleven al avión.

Ays, y eso que el día acababa de empezar.

¿Demasiado largo?