Siempre es lo de siempre

Y yo que me preocupaba y que me pasé dos días con un ataque y medio de ansiedad.
Y ahora me pregunto ¿ Por qué carajo?
Si es lo de siempre. Cuarenta hombres enchaquetaos, muy monos, muy engominaos (los que aun tienen pelo) y muy perfumados (algunos). Saluditos y apretones de manos entre ellos y miraditas y muaks muaks para nosotras.
Empieza la reunión y que corra el vino.
Después de degustar 6 tipos diferentes, la mayoría de ellos ya se han quitado la chaqueta y están medio locos mirando la puerta, necesitan comer. Mi compañera (a la que pasaré a llamar la rubia) y yo nos miramos y temblamos.
Hay una pregunta que va de boca en boca (como la falsa moneda)-¿A quien coño se le ha ocurrido hacer una presentación a las dos de la tarde? ¿Quién fue el iluminado que tuvo la idea? ¿Quién no escucha nada que no salga de su grandísima boca?. Si, a él mismo.
Dos vinos más, pero ya no explicamos nada. ¿Para que molestarse? la mitad de ellos ya están contando chistes verdes y los demás ya no aguantan el mono y están en la calle fumando.
Con la confianza de la que sabe que nadie le escucha, ruego un poco de orden. Y mi linda boca suelta lo que a mi me parece un disimulado ( -Joder o nos escucháis o no hay comida, así que portaros como niños buenos, dejad que terminemos y así podremos empezar a comer todos) , que se escuchó en todo la sala.

Milagro o susto, pero el silencio vuelve a reinar en la sala, los niños que se estaban portando regulin regulan, deciden callarse y mientras les ponen otra copa de vino, hacen como los que miran la pantalla.
Pasados unos minutos y cuando la pantalla por fin pone FIN, a la orden de la rubia el camarero empieza a sacar los primeros platos...la marabunta ataca...después de varios platos, un señor alto con cara de gilipollas (el gran jefe) nos pide que repitamos el análisis de mercado.
-¡Que gracioso no? (no se si explicarmelo o preguntármelo) -Yo no puedo que me he tomado dos vinos- digo en voz bajita.
Y la rubia suelta...-Pues yo puedo menos que tú, me he tomado seis..jajaja..jajajaja..jajajajajaja... La rubia tiene una risa que parece que se ha tragado un magnetófono y mientras le atiza con un cuchillo a una botella de vino dice:
- Atención Señores mi compañera ante la existencia (¿?) de alguno de vosotros le va a volver a explicar......
Los cuarenta hombres cogen la copa de vino y dicen en corillo...-Eso, eso que nos entretengan mientras comemos el revuelto.
Revuelto tengo el estomago, revueltos tengo los pelos y aun más revueltos tendría los huevos si los tuviera, pero como no los tengo, me da un ataque de cojones y cual señorita de la jet me disculpo y voy al baño.
De camino oigo..- Eeeeeeso que se pinte los morros. La morena no se pinta los labios. La morena vuelve con mala leche y coge el portátil, y la mala leche le posee el dedito índice y se dedica a aporrear el botón del “echate patras”.

En fin...entre los mejillones y las chuletillas de cordero, les vuelvo a explicar cuantos litros de vino se venden y donde más, y que denominación es la más molona y cual la que más se exporta y cual la que bebemos los espanis, y así hasta que llegan los postres y por fin me dejan sentarme y tragarme MI vino del tirón.
Llegaron los postres y con ellos el cava, y con el cava me llegó el ataque de hipo, y con el ataque de hipo recogí cuarenta tarjetas que valdrán para encender una buena barbacoa, y pensando eso me fui a casa a dormir la mona.
Y me pregunto ¿Por qué estaría yo nerviosa?
Siempre es lo de siempre