Hace un ratico y después de bostezar como unas quinientas veces mientras escuchaba una canción francesa del año de María castaña, mi imaginación se ha puesto a trabajar sola, ojo que yo no la he mandado que ella para fastidiar suele hacerme "esas cosillas"

He imaginado a un viejo señor con las manos llenas de letras, como si fueran hormigas jugetonas, creando palabras con ellas. Les decia que solo eran pequeñas letritass y que algún día serian hermosas palabras. Entonces las acariciaba con el dedo pulgar y les hacia mimitos y carantoñas.
Según la personalidad de cada una les daba tal o cual forma. Por ejemplo a las más torpe le dio forma de eme para que pudiera apoyarse bien y no se tambalease, a las más presumidas les ponía un bonito acento, y ellas se ponían bien contentas ya que lucían como ilustres caballeros con sombrero o refinadas señoritas con su gorrito de paseo.
Y así a cada una de ellas.
Entre risas y sonrisas las letras una vez formadas, se alineaban en fila india, dejando sus correspondientes huecos entre ellas para no chocarse y confundirse.
Algunas eran más revoltosas que otras y se salían de la fila, o bien les quitaban el acento a las de atrás y poniéndoselo encima gritaban, -Soy una e acentuada, mientras las otras reían y movían las cabezas.
El viejo señor a veces tenia que poner orden y se ponia muy serio para corregirlas, cosa que a veces funcionaba y otras no.
Después de cambiarlas de sitio dos o tres veces, el hombre las miraba con los ojos brillantes y les decía que había llegado la hora de ir a casa.
Todas se ponían muy contentas, algunas se estiraban bien y otras buscaban los trocitos que aun revoloteaban unas lineas por encima.
En unos minutos todas estuvieron muy rectas y derechas, los acentos bien puestos, la T mayúscula estiró bien fuerte sus coletas y la r lucia su perfil bueno.
Él les prometio ir a visitarlas a menudo y ellas lo miraron de refilón antes de que el viejo pasase la pagina.
Al cabo de un rato el protagonista de mis fantasías ya jugaba con nuevas letras que hicieran compañía a sus antiguas palabras.

Y le pregunto yo a mi imaginación, ¿por qué no se ha imaginado en vez de un señor viejo a un tio weno cachas? ¿Y por que tenia que jugar con las letras en vez de con mis ......? (jajaja, sorry)
Mejor me voy antes de seguir imaginando cosas.